-¿Está usted loco?
-No, no lo estoy- dijo él de forma ecuánime
-¿A qué se refiere con que no me dejará salir?
-Dígame, señorita, ¿no he sido claro en mis palabras? Solo dije que usted ha sido la elegida y por tal motivo permanecerá en esta casa durante el próximo mes... Si usted copera no le pasará nada que usted no quiera.
-¡Es usted un demente!, ¡esto es un secuestro!, ¡voy a gritar y todo su edificio se enterará de la clase de delincuente que es usted!
Al primer intento de pedir auxilio, me tomó desde atrás, con un brazo me tomó de la cintura y con su mano libre cubrió mi boca para que no saliera el grito. El mayordomo, que observaba todo desde la ventana, abrió inmediatamente la puerta del balcón para que su jefe pudiera meterme al departamento, mientras me cargaba y yo forcejeaba, le mordí la mano con todas mis fuerzas.
Al entrar al interior, el mayordomo, que tenía casi el doble de corpulencia que su jefe, tomó el control de mí para contenerme; él me vio con una mirada penetrante, mientras sacudía su mano con una mueca de dolor, y observaba la mordida que le había dejado grabada en una parte de su palma.
Con una habilidad de luchador, el mayordomo me puso una mordaza y me ató las manos en cuestión de segundos, mientras me sentaba en una silla. Yo tenía un terror creciente de estar ahí.
-Jaime, trátala con cuidado, te prohíbo cualquier tipo de rudeza con ella- Dijo el hombre con voz enérgica.
-Sí Señor, como usted ordene.
Después de atarme, ambos salieron de la habitación y me dejaron sola.
Después de varios minutos o tal vez horas de forcejeo contra las ataduras y la silla, mi cansancio y desesperanza eran crecientes. De pronto se abrió la puerta de forma suave, era él... Acercó una silla y se sentó frente a mí, muy cerca. Apenas lo vi frente a mí y le lancé una mirada de odio, las fuerzas ya no me daban para más que eso.
Él con una dulzura pasó su palma sobre mi cabello, y me hizo un cariño discreto y sutil en la mejilla, su mano traía una venda en la palma, justo donde lo había mordido.
Ese roce me provocaba terror, no sabía qué seguiría... Pero a la vez, mis sentidos no me negaban lo increíblemente atractivo que era ese hombre.
-Eres muy linda, ¿lo sabías?
Al escuchar sus palabras, empecé a gruñir con la mordaza en la boca.
-Tranquila, no te haré daño. No soy ese estilo de hombres- Al escuchar eso yo gruñía más de rabia, si tenerme amordaza y amarrada a una silla no es hacerle daño a alguien, entonces ¿cómo se le puede catalogar? Pensé para mis adentros, aunque hubiera dado cualquier cosa por gritárselo en la cara.
Se puso en pie y empezó a caminar pausadamente, haciendo ochos en el piso.
-Sé que te preguntarás, cómo es que puedo decir que no le hago daño a las mujeres y te tengo a ti atada. Lo hice, porque no me dejaste opción, por cierto... ¿Quién te enseñó a morder con tanta saña? Todavía siento una parte de la mano adormecida, sentía que me ibas a arrancar un pedazo de mano.
Yo lo miraba con todo el odio que podía caber en mi mirada, y por dentro me daba gusto que la mano la tuviera adormecida, ojalá que le hubiera mordido alguno de los nervios principales y le quedara inservible.
-Bonita... te llamaré así, para guardar tu identidad ante la servidumbre, yo quiero desatarte, no me gusta verte desesperada y amordazada, pero para ello necesito que me ayudes.
Para ese momento los gruñidos ya también estaban llegando a su fin, las fuerzas no me daban para más.
-Bonita, es inútil que intentes gritar, soy dueño de este edificio y para tu información, está vacío, así es que nadie te puede escuchar... Te preguntarás, ¿por qué te amordacé? Porque Janina mi cocinera está enferma de los nervios y si oye gritos se pone mal, sinceramente a mí tampoco me gustan los gritos. Bien, te contaré, necesito que seas mi acompañante durante un mes exactamente. Familiarmente tengo una situación, mi abuelo, está enfermo, es un hombre multimillonario, pero también es de ideas conservadoras y arraigadas; hay una isla en Grecia, de la cual él es dueño, y que está? Digamos así ?en juego?, y el requisito para heredarla es que esté comprometido con una buena mujer y con los preparativos para la boda ya corriendo.
Ya sé, ya sé... estarás pensando ¿y yo qué culpa tengo de eso? Verás, necesito que seas tú, yo no pienso casarme nunca, pero necesito contratar a alguien para que sea mi fiancé y mi abuelo me pueda heredar esa isla, de lo contrario la donará al gobierno. Sé que pudiera contratar a cualquiera que yo quisiera para hacerse pasar por mi prometida, pero como ya te dije, necesito toda la discreción del mundo, o el negocio se cae.
Como comprenderás te investigué a profundidad, sé todo... Bueno, casi todo de ti y sé que eres la ideal para cubrir ese puesto.
-¿Me permites quitarte la mordaza y me prometes que no gritarás?
Asentí
Se acercó mucho a mí y con toda delicadeza me desató la mascada que tenía puesta alrededor de la boca y sacó el pedazo de tela que me habían puesto dentro para que no gritara.
Respiré agitada, la boca la tenía seca y la garganta me dolía terriblemente.
-Por favor dame agua, siento que me voy a desmayar- dije con un hilo de voz.
Él acercó un vaso con agua y un popote (pajilla) colocó con dulzura el popote en mis labios y pude tomar agua.
-Déjeme ir, por favor, le prometo que no le diré a nadie lo que pasó aquí, solo quiero salir e irme a mi casa.
-No bonita, no tan pronto.
-¿Qué quiere de mí?, yo sólo soy una simple empleada bancaria
-Creo que fui claro, necesito que te hagas pasar por mi prometida, tendremos algunos eventos en las próximas semanas por el cumpleaños 90 de mi abuelo, requiero que viajes conmigo, asistas a los eventos y te hagas pasar por mi novia, mi futura esposa.
-Eso ¿qué implica?
-Bueno, tal vez caminar de la mano en los eventos, viajar juntos, por supuesto todos los gastos estarán cubiertos por mí, pero... Si te refieres a intimar... Mhhh, no, eso no entra como parte del contrato, a menos que tú lo desees... -y sonrió sutilmente, pero con suficiente picardía, para hacerme rabiar.
-Número 1. ¿Quién le dijo a usted que yo aceptaría ser su acompañante y entrar en ese juego sucio de engañar a un inocente viejecito? Número 2. ¿Quién le dijo a usted que yo quisiera intimar con un delincuente como usted?, que me tiene aquí en contra de mi voluntad... secuestrada. Por Dios, yo solo estoy con hombres de verdad, con hombres que saben ganarse mi cariño de forma limpia, no que me forzan como usted lo está haciendo.
-Vaya, vaya, es usted más directa y puntual de lo que imaginé. Primero que nada, dando respuesta a sus preguntas en el mismo orden... Créame, mi abuelo es todo, menos un inocente viejecito, es un viejo lobo marino. Segundo, esto es un trabajo, estamos negociando, la palabra secuestro... mmmhh, no va conmigo... Además, habrá un contrato y un sueldo muy atractivo, por este mes de servicio.
-Pues no, no acepto, desáteme y déjeme ir, en este mismo instante.
-Sabes bonita... Sé muchas cosas de ti y de tu familia...
-Con mi familia no se meta, déjeme ir, mi padre me necesita, está enfermo...
-Claro, no te preocupes, él estará mejor. Y más con la paga tan espléndida que recibirás.
-¿Qué quiere decir? Yo no acepto nada de usted, absolutamente nada.
-Sí, sí aceptarás, porqué sé sobre el dinero que tu familia debe, ese que tu padre pidió y prestó como parte de su negocio de agiotista, y que ahora lo tiene en la mira de gente poderosa que quiere su cabeza, sé también sobre la bola inmensa de capital e intereses que le debe a esos malandrines con los que tu padre se involucró y todos los problemas de incobrabilidad que tiene con la gente a la que le prestó. La situación se volvió inmanejable para tu familia, sabes que están a nada de perder la casa y de que los embarguen, además de que su vida corre peligro.
-¿Quién es usted? Porqué sabe tanto de mí
-No soy más que un empresario poderoso que necesita un favor de ti... Y a cambio, además de tu sueldo, saldaré las deudas de tu padre y con ello compraré tu paz y la paz de tu familia, claro eso lo haré en el momento en el que firmes el contrato. De lo contrario, podría hacer algunas llamadas al Director de la policía, que es amigo mío desde niño, para comentarle sobre el caso de tu "hermosa familia"...
Para ese momento las lágrimas arrasaban mis ojos, en sentido figurado me tenía amarrada del cuello, no tenía forma de salir de ese atolladero.
-Es usted un desgraciado... Está bien, está bien, no siga, dígame un donde debo de firmar...
Se puso en cuclillas a un lado de mí, y de forma muy suave me dijo -Gracias bonita, esto será un ganar-ganar para ambos- y me empezó a desatar con delicadeza las cuerdas que tenía atadas a mis muñecas y a mis tobillos.
Se acercó con un folder, dentro estaba el contrato.
-Puedes leerlo a detalle, si gustas- me lo dijo mientras me entregaba el legajo.
Sentía que no podía más, tomé el bolígrafo y firmé en donde vi mi nombre, de reojo alcancé a ver los honorarios, los cuales excedían por mucho mis más altas expectativas... Me puse en pie, con las escasas fuerzas que me quedaban, para entregarle la carpeta... De pronto todo se puso negro y no supe más de mí.
#PorqupeNoLoIncluyóEnElContrato?
#HayQueAjustarEsasClaúsulasONoFirmo
#QuelloColunga
#Measustaperomegusta
#4FC
#EncendiendoMotores
Felicia y Nickol, súper bienvenidas al tema. Les mando un abrazote.
Rubby, tu suelta la imaginación, que Don Fer ya nos dio permiso ¿verdad que sí, FER?
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